Hace ocho años, Johana Pacheco y José Matías Palma llegaron a los Estados Unidos con el mismo sueño que tantos migrantes llevan en el corazón. Como muchos, los inicios no fueron fáciles. Matías trabajaba limpiando oficinas y haciendo trabajos de construcción, mientras Johana, con su experiencia en el mundo de la belleza en Honduras, decidió buscar su propio camino en este nuevo país. Aunque al principio también se sumó a los trabajos de construcción, pronto se dio cuenta de que debía volver a lo que más amaba: embellecer a las personas. Así, comenzó a ofrecer sus servicios de belleza a domicilio.

La aceptación fue inmediata. Las clientas no solo regresaban, sino que recomendaban a Johana a otras personas. Su pequeño negocio empezó a crecer, y con el apoyo incondicional de Matías, tomaron la decisión de transformar su sala de estar en un salón de belleza improvisado. El éxito fue tal, que pronto la demanda superó las expectativas. Con ahorros, dedicación y mucho esfuerzo, compraron su primera casa y abrieron oficialmente su salón de belleza: “Johana Pacheco Professional“.